viernes, 8 de octubre de 2010

El Poder del Espíritu Santo entre los Jóvenes

 



DAVID WILKERSON
El ministerio de David Wilkerson fue un presagio del avivamiento que ocurriría en los medios de la juventud drogada. Todo comenzó en 1958, cuando era un joven pastor de una tranquila parroquia de las Asambleas de Dios en la pequeña ciudad de Philipsburg, Pensilvania.



En una noche de febrero de aquel año, bien tarde, él apagó su receptor de televisión y se sentó en su oficina. Una inquietud vino a su mente: “¿Cuánto tiempo gasto yo frente al televisor cada noche? Como mínimo, dos horas. Señor, ¿qué sucedería si yo vendiese ese aparato de TV y gastase ese tiempo -orando?”

Muchas objeciones vinieron a su mente en contra de esa idea, pero igualmente él oró al Señor y le pidió una señal sobre esto: “Voy a colocar un anuncio en el periódico a fin de vender ese aparato. Si esta idea viene de Ti, Señor, haz que aparezca inmediatamente un comprador. Que aparezca a la hora... a la media hora... después de salir el periódico a las calles”.  Pasaron veintinueve minutos después que el periódico con el anuncio llegó a sus manos. Él y su esposa ya estaban casi convencidos de que la idea no era de Dios, cuando sonó el teléfono. Era un comprador que cerró el negocio por teléfono sin ni siquiera querer ver el televisor, y se dispuso a pagarlo dentro de quince minutos.


Desde ese día, la vida de David Wilkerson ya no fue la misma. Cada noche iba a su oficina, cerraba la puerta y comenzaba a orar. Durante una de esas noches, después de haber tenido un largo período de oración ante la presencia de Dios, se sintió no confortable y en una inexplicable sensación de tristeza. Sabía que Dios quería hablar con él, pero no sabía cómo. Mientras caminaba por su oficina, se fijó en una revista “Life” encima de su escritorio y se sintió impulsado a leerla. Llamó su atención un artículo sobre el juicio de siete jóvenes, miembros de una pandilla en Nueva York, y acusados de un bárbaro asesinato. Con el artículo había un dibujo de los muchachos, y la mirada de espanto, odio y desespero de una de sus facciones, hizo que comenzase a llorar. Un fuerte e insistente pensamiento vino a su mente: “Vé a Nueva York y ayuda a esos muchachos”.


A la noche siguiente, en la reunión de oración, él compartió con su congregación acerca del artículo y la idea de ir a Nueva York, donde jamás había estado antes, y allí se recogió una ofrenda suficiente para un viaje en carro de ida y regreso. Al llegar a la gran ciudad, un tanto confuso y aturdido, intentó visitar a los jovencitos en la prisión, pero todos sus esfuerzos para conseguir la autorización del juez encargado del caso, fueron inútiles. Habiéndose enterado de que una audiencia del juicio sería realizada al siguiente día, compareció en la corte en un intento de hablar con el juez al final de la audiencia, quebrantando las reglas de la corte, y causó tal tumulto que, aprovechado por los periodistas presentes, hizo que su foto irguiendo la Biblia a lo alto, apareciese en los diarios del día siguiente.

A pesar de lo abatido y humillado con este episodio, él creyó que todas las cosas cooperaban para bien, y vio que el propósito de Dios estaba mucho más allá del de simplemente ayudar a aquellos pelafustanes. La foto en los diarios lo hizo familiar y bien aceptado entre los jóvenes de los ghettos de Nueva York, y lo llevó a penetrar en el submundo de las drogas de la ciudad, y a explorar un campo misionero abandonado. Un año más tarde él fundó el primer centro para drogadictos en Brooklyn, Nueva York, llamado “Desafío joven”. Éste fue considerado uno de los mejores programas de rehabilitación de drogadictos en el país, de acuerdo con un estudio del gobierno federal en 1975. David Wilkerson declaró que su “cura de treinta segundos” para viciados en drogas, el bautismo en el Espíritu Santo, superó ampliamente las estadísticas de sanidad de los programas federales para drogadictos comparados.

El programa del “Desafío joven” se convirtió en modelo para  programas similares que surgieron por todo el mundo. También enBrasil el trabajo de restauración de jóvenes viciados fue muy difundido en la década de los 70. Centros de recuperación fueron fundados en muchas ciudades, y algunos de ellos, como en Belo Horizonte, Goiânia y Brasilia, en la época se convirtieron en centros de encuentros y avivamientos. Muchos de los ex-drogadictos se convirtieron en pastores y líderes de iglesias y movimientos de recuperación.

El libro “La Cruz y el Puñal”, best-seller mundial, y la película con el mismo nombre, hicieron que el trabajo fuese mundialmente conocido. Millones leyeron y oyeron la milagrosa historia de los viciados, prostitutas y bandidos que eran salvos y recibían el Espíritu Santo. Los dos últimos capítulos del libro, que relatan el bautismo en el Espíritu entre viciados y delicuentes, despertaron el interés de muchos dentro del Movimiento Carismático. La revista “Time” declaró: “En todo lugar donde acontece la renovación carismática, inevitablemente aquellos que están involucrados leerán ‘La Crus y el Puñal’ o ‘Ellos hablaron en otras lenguas’ (John Sherrill)”.

Otro aspecto importante del ministerio de David Wilkerson es su lado profético. Él se ha mostrado decepcionado y desilusionado con la “Babilonia cristiana”. A lo largo de los años, él se ha enfrentado fuertemente contra la doctrina evangélica del lujo y prosperidad para todos los creyentes, defendida principalmente por los televangelistas. Para él esto es totalmente errado, y un terrible engaño. He aquí algunas declaraciones suyas extraídas de una revista “Carisma” de 1973:


“... los días de gran éxito de la religión están contados, el sistema babilónico que caracteriza mucho al evangelismo moderno, está en peligro. Eso mezcla el sistema del mundo con el cristianismo. Para mí, esto es un mal olor a las narices de Dios. Recuerda el Antiguo Testamento cuando era ofrecido fuego extraño en el altar, y los hombres caían muertos. Hay mucho fuego extraño siendo ofrecido hoy en el altar. Es una suerte que algunos no estén cayendo muertos. Digo esto no con amargura, pero creo que Dios va a acabar con esto -con todo programa de televisión que no esté usando métodos divinos, que esté usando celebridades medio convertidas... Como dice el profeta, ellos curan la herida de la hija de mi pueblo livianamente. Es una cura superficial. No hay nada de profundidad. Usted da una ojeada en las condiciones de la iglesia hoy -divorcio, comodidad, inmoralidad, superficialidad- y usted desea dar voces como Jeremías... ¿Cómo un hombre de Dios puede predicar que, si tenemos fe, podemos ser más y más ricos y libres de dolores y sufrimiento, en medio de un mundo hambriento y doliente?... El mensaje de prosperidad tranquiliza nuestras conciencias y nuestros espíritus avarientos. Nos da una disculpa para vivir en un alto nivel. ¿Es a esta iglesia que volverá Cristo? ¿Con una teología de Cadillac?”


Como profeta, David Wilkerson anunció juicio para América por autorizar un evangelio de éxito y prosperidad sin sensibilizarse con la miseria del mundo. Como aconteció con los profetas del Antiguo Testamento, esto no fue bien recibido y comprendido por muchos en el medio cristiano.

Otra enseñanza que él condena es lo que llama “el culto de crecimiento de la iglesia”. Sobre esto dice: “No creo que Dios esté contra la cantidad si es un crecimiento natural de Su Palabra. Pero creo que Dios no está tan interesado en contar, como lo están algunos predicadores. Estamos amontonando personas en nuestras bancas, pero no estamos supliendo sus necesidades. El problema con la cantidad es que una obra comienza con unción, entra en la carne y Dios la abandona. Pero ella prosigue en su propio embalaje”.


Como profeta, David Wilkerson ha tenido algunas profecías controvertidas como las de su libro “La Visión”. El libro relata una visión que dice haber recibido de Dios en 1973. Son cinco calamidades trágicas que estaban para venir sobre la tierra. Algunas profecías se mostraron válidas, como las que previeron el aumento de la inmoralidad, de la pornografía y del ocultismo, incentivados por los medios de comunicación, principalmente la televisión con su perniciosa influencia en los hogares. A estas cosas él llamó el “diluvio de inmundicia”. Pero otras, como las que enfatizaban el dominio del comunismo y hasta una posible destrucción de los Estados Unidos por parte de Rusia, no tuvieron conformación.


De cualquier forma, la historia de David Wilkerson es la historia singular de un hombre que, al deshacerse de su receptor de televisión para dedicarse a la oración y oír a Dios, se convirtió en un instrumento para llevar liberación a millares de vidas envueltas en el submundo de las drogas. Su ministerio de introducir el bautismo del Espíritu Santo como el medio de esta liberación, y también su manera de tomar posición contra la corrupción y la mundanalidad del cristianismo, lo convirtieron en un hombre importante en la historia de la iglesia del siglo XX.


EL MOVIMIENTO DE JESÚS

Este fue un movimiento iniciado a finales de los años 60, que involucró a millares de jóvenes provenientes de la drogada cultura hippie, como también jóvenes de denominaciones. Agitando pancartas y banderas coloridas, usando camisetas, broches y adhesivos (en los cuales se veían frases como estas: “Usted tiene mucho para vivir -Jesús tiene mucho para dar”, “Sonríe, Jesús te ama”), con el brazo extendido y con el dedo índice apuntando hacia el cielo (símbolo del movimiento que indicaba que sólo había un camino -Jesús), esos jóvenes invadieron las calles de California cantando y testificando sobre Jesús. Abrazando el más duradero símbolo de pureza, abnegación y amor fraternal de la historia del hombre occidental, ellos fueron incendiados por una pasión pentecostal para compartir su nueva visión con otros, formando así un gran ejército para una gran revolución -la revolución de Jesús.




El movimiento fue realmente conocido cuando el medio comenzó a publicar artículos y fotos sobre centenas de jóvenes que eran bautizados en las playas del Pacífico, sobre decenas de Cafeterías Cristianas que fueron abiertas para ministrar a los jóvenes de la calle, y sobre los “Hogares Cristianos” (comunidades rurales o urbanas) que se multiplicaron como panes y peces para abrigar a los jóvenes que huían del mundo institucional de la iglesia tradicional. Un artículo de la revista “Time” del 21 de junio de 1971, que trajo en la portada una figura de Jesús y el título “La Revolución de Jesús”, captó muy bien el espíritu del movimiento al decir:

Hay una frescura matinal en este movimiento, una atmósfera fluctuante de esperanza y amor unido a un típico celo rebelde. Algunos convertidos se agradan en traducir su nueva fe a la vida diaria, como aquellos que atienden el teléfono con “Jesús te ama” en vez de “aló”. Pero su amor parece más sincero que un mero slogan, más profundo que los sentimientos de una onda pasajera... lo que sorprende a quien está por fuera es el extraordinario sentido de alegría que ellos son capaces de comunicar... Parte de esta fascinación por Jesús entre los jóvenes puede ser simplemente un culto tardío de la personalidad de un compañero rebelde, el primer mártir de la causa de paz y fraternidad. No es así, sin embargo, con la gran mayoría del movimiento de Jesús. Si hay una característica que claramente los identifica es su creencia total en un Jesucristo terrible y sobrenatural, no sólo un hombre maravilloso que vivió hace 2.000 años, sino un Dios vivo que es tanto Salvador como Juez. Sus vidas giran en torno de la necesidad de una intensa relación personal con este Jesús, y la creencia de que tal relacionamiento debe ser la condición de toda vida humana. Actúan como si la intervención divina guiase cada momento de sus vidas y con la certeza de que puede resolver cada problema... La revolución de Jesús rechaza no sólo los valores materiales de la América convencional, sino también la sabiduría dominante de la teología americana... El cristianismo ha enfatizado –por lo menos el tipo predicado en los púlpitos y seminarios de prestigio en las últimas décadas– un Dios presente en la naturaleza y en el movimiento social, no el Dios personal y transcendental del nuevo movimiento, que vino a la tierra en la persona de Jesús, en la vida de los individuos, milagrosamente. la revolución de Jesús, en resumen, niega las virtudes de la Ciudad Secular y amontona desprecio sobre el mensaje de que Dios siempre estuvo muerto.

La Revolución de Jesús fue un movimiento aparte de la religión organizada, formado por dos fuertes corrientes espirituales que, a pesar de que difieren en usos, costumbres y teología, se reforzaron de modo efectivo una a la otra.


1. “Jesus People” (Pueblo de Jesús). También conocido como “cristianos de la calle” o “Jesus Freaks” (Excéntricos de Jesús). Fueron los más destacados. Muchos trazan su comienzo en el verano de 1967, en Haight-Ashbury, San Francisco, cuando centenas de jóvenes abandonaron las drogas, el sexo libre, el ocultismo y el misticismo oriental para seguir a Jesús. Sin embargo, acontecimientos semejantes ocurrieron simultáneamente en otras áreas de la Costa Oeste de los Estados Unidos. Entre los muchos relatos de avivamientos ocurridos entre los jóvenes de esta corriente, tenemos la historia singular de uno de los primeros líderes del movimiento, Chuck Smith, pastor de una pequeña iglesia Cuadrangular, Calvary Chapel (antes del avivamiento contaba apenas con 25 miembros), en Costa Mesa, California. De acuerdo con Chuck Smith, todo comenzó cuando él encontró un hippy cristiano “desbordando el amor de Dios”. En 1967, a través de un programa de evangelización en las calles, dos hippies fueron convertidos y aceptados en la iglesia, para horror de los miembros más antiguos, que no conseguían entender lo que estaba aconteciendo. En dos frenéticos años, Smith fue inundado con millares de convertidos venidos de la cultura hippie drogada que abarrotaron su iglesia para hallar salvación y liberación de las drogas. En pocos meses él bautizó cerca de 15.000 convertidos en las aguas del Océano Pacífico. A continuación, tenemos una conmovedora descripción de uno de esos bautismos, extraída del mismo artículo de la revista “Time”:


Bajo el ocaso, varias centenas de convertidos entraron en las frías aguas del Pacífico, esperando pacientemente su turno para la ceremonia. Arriba, en las colinas, centenas más asistían. La mayoría de los candidatos eran jóvenes, bronceados y a voluntad en bermudas de yines cortados, camiseta, e incluso un ocasional biquini. Una muchacha recién bautizada, chispeando agua de su camiseta colorida y colocada en el cuerpo, lanzó sus brazos en torno de una mujer y gritó: “¡Mamá, te amo!” Un ex-vicioso, que venía sufriendo de frecuentes e inesperadas alucinaciones, de repente clamó: “¡Mis horrores se fueron!” Cuando el bautismo terminaba, una lenta multitud subió una estrecha escalera en dirección a la colina, cantando un conmovedor Padre Nuestro al caer la tarde.


Smith fue obligado a trasladar su joven congregación a un pabellón con capacidad para 3.000 personas sentadas y, a finales de la década de los 70, Calvary Chapel construyó un templo con 4.000 asientos, estimándose una asistencia de más de 25.000 personas en los cultos regulares del domingo. A mediados de la década de los 70, las reuniones de los jóvenes los sábados por la noche atraían entre 4.000 y 5.000, y 2.500 asistían a las reuniones de estudio bíblico los viernes por la noche.


Las reuniones de Calvary Chapel no tenían orientación carismática. Sólo tenían unos pocos himnos tradicionales o coritos (generalmente sin instrumentos), nada de alzar las manos, ningún mensaje en lenguas o profecías, ningún “cántico en el Espíritu”, ningún grito de “Amén”. No había coro (Smith dijo que muchos problemas de la iglesia se originan con los miembros del coro, y él pensaba que toda la congregación debía ser un coro). Casi todo el mundo llevaba su Biblia y hacía anotaciones. Personas entrevistadas dijeron que frecuentaban Calvary Chapel principalmente por causa de la enseñanza bíblica de Smith (que tenía el estilo de exposición de la Palabra versículo por versículo) y en parte por causa del amor que ellos sentían allí. Otro líder del movimiento, Carl Parks, dijo en la época que los jóvenes se unieron a las iglesias donde abundan el amor, el propósito y la enseñanza clara de la Biblia –y muchos pastores como Chuck Smith descubrieron eso.


Centenas, probablemente millares, pueden atribuir su ascendencia espiritual en Cristo a Ted Wise. Él era uno de los artistas bohemios que fueron obligados por presiones económicas a salir del distrito North Beach, de San Francisco, y que en 1966 y 1967 se instalaron con millares en las proximidades de bajos recursos de Haight-Ashbury, donde comenzó el movimiento hippie caracterizado por la predicación de la paz, uso de drogas y sexo libre. Wise, con sus veinte años de edad y enredado en problemas conyugales, se convirtió en cristiano en 1966 después de leer una Biblia extraviada que pertenecía a uno de los parientes de su esposa. Él y su esposa comenzaron frecuentar una iglesia bautista en el suburbio de Mill Valley, San Francisco, pero no descubrieron de su identidad cultural ni de sus amigos hippies. A los pocos meses, Wise llevó a sus amigos más íntimos a Cristo. Ellos se convirtieron en el primer equipo del primer Café Cristiano en Haight-Ashbury, abierto en 1967 por varios ministros evangélicos del área. Por no recibir ningún salario por el servicio, el grupo realizaba actividades para sostenerse. Como forma de economía, ellos y sus esposas e hijos compartían una casa vieja y grande a la que dieron el nombre de “Casa de Hechos” –una de las primeras “Casas Cristianas”. Cientos de personas en dificultades encontraron un hogar temporal en la “Casa de Hechos” y muchas de ellas también encontraron a Cristo allí.

Arthur Blessit, un rústico evangelista que invadió Sunset Strip (un centro de drogas y prostitución en Los Ángeles), testificando en las calles y bares a los viciosos, traficantes y prostitutas, también está entre los muchos líderes y evangelistas de calle que surgieron en aquellos años entre el Pueblo de Jesús. Él se convirtió en un ministro hippie itinerante en los Estados Unidos y hasta hoy viaja por varios países, inclusive Brasil, evangelizando y cargando una gran cruz por las calles de las ciudades donde se encuentra. Junto con otros líderes, él también realizó muchos pequeños paseos y festivales de música donde se convirtieron millares de jóvenes. Una de las características del Movimiento de Jesús fue que el evangelismo, hasta entonces hecho por obreros cristianos y pastores adultos, pasó a ser realizado por los jóvenes. El mismo muchacho hippie que en el último año llevara a sus amigos a las drogas, ahora los llevaba a Jesús.


2. “Straight People” (Personas rectas). Fue sin duda el grupo mayor. Actuó principalmente en los campus universitarios a través de movimientos de jóvenes evangélicos interdenominacionales. Aunque esos movimientos existiesen por décadas como un brazo del Protestantismo, ellos alcanzaron un grande y nuevo crecimiento con la Revolución de Jesús, volviéndose más ecuménicos –una fuerza casi que independiente de las iglesias que los habían generado. La mayoría de los jóvenes enrolados pertenecía a la clase media americana y a los campus universitarios. Al contrario de la “Gente de Jesús”, lucían bien vestidos (de ahí el nombre de “Straight People”). Entre los principales líderes de esta corriente tenemos a Jack Sparks, un ex-profesor universitario y fundador del “Christian World Liberation Front” (CWLF), una organización que se manifestaba sobre problemas sociales, tomando parte en manifestaciones, distribuyendo gran cantidad de literatura, pero siempre apuntando hacia Cristo en vigorosos llamamientos evangelísticos. Cientos fueron convertidos a través de sus esfuerzos expansionistas, y un programa constante de estudio bíblico y comunión fue instituido por el CWLF. Fue esta organización la que publicó el “Right On”, uno de los primeros periódicos del Movimiento de Jesús. Otro líder destacado mundialmente es Bill Bright, fundador de la “Cruzada Estudiantil para Cristo”, que trabajó especialmente en las Universidades.



Otro líder, convertido en 1969 cuando el Movimiento de Jesús estaba en sus comienzos en California y cuyo ministerio tuvo y aún tiene gran impacto entre los jóvenes, es Bob Weiner, fundador de las Iglesias Maranata. Desde el día en que fue salvo leyendo un libro de Don Basham en una biblioteca, comenzó su ministerio con jóvenes. En el estacionamiento de la biblioteca predicó a cerca de 65 adolescentes y de inmediato 27 aceptaron a Cristo como su Salvador.

Desde entonces, por donde pasaba, más jóvenes eran salvos. En los años siguientes comenzó un Café Cristiano, sirvió como pastor auxiliar y ministro de jóvenes en las Asambleas de Dios, viajó a través de la nación predicando en los campus de facultades universitarias, y estableció una sociedad de estudiantes de 1 y 2 grado en Paducah, Kentuky. Fue a través de esta sociedad de estudiantes que surgieron los “Ministerios de Campus Maranata” y las Iglesias Cristianas Maranata.


Al principio él y Rose, su esposa, no querían formar iglesias, pero Dios habló con él proféticamente a través de un hermano, diciéndole que él tenía que cuidar a aquellos jóvenes, pues ellos no lograban adaptarse a las iglesias establecidas. Cientos de jóvenes fueron convertidos a través del ministerio en los campus, que se extendió de tres a ocho y después a quince, alcanzando en una época el número de 150. Ellos predicaban el evangelio, organizaban estudios bíblicos y grupos de oración, fundaban iglesias y formaban muchos grupos musicales. Con el paso del tiempo, él y su esposa establecieron una oficina central en Gainesville, Florida, y al final de la década de los 80 tenían 70 congregaciones en 22 naciones. Maranata realizó congresos que atraían más de 5.000 personas, comenzó una publicación mensual, colocó un equipo de 600 personas en ministerio de tiempo integral y lanzó un programa de televisión vía satélite.


Muchos otros movimientos de jóvenes evangélicos surgieron en aquella época, promoviendo grandes concentraciones en campus universitarios, festivales de música y giras donde se convertían millares de jóvenes a Cristo. Además de estas dos corrientes principales –“Jesús People” y “Straight People”– la estrategia ecuménica del movimiento atrajo también a jóvenes católicos pentecostales y hasta a judiós.


DIARIOS CLANDESTINOS Y MÚSICA ROCK


Decenas de periódicos clandestinos surgieron en el Movimiento de Jesús. Los más importantes fueron “Hollywood Free Paper” (que alcanzó la mayor circulación, 150.000 ejemplares, y fue reimpreso en seis grandes ciudades), “Right On”, “Truth”, “Ágape” y otros. Esos periódicos eran generalmente mensajes, y sus editoriales, testimonios y caricaturas eran dirigidos a aquellos que estaban en el mundo de la droga. La falta de estructura periodística era compensada por la dedicación, compasión y conocimiento íntimo de aquellos que comunicaban, habiendo sido muy útiles para difundir las noticias del Movimiento de Jesús en otros lugares.


La música también tuvo papel importante en el movimiento. Con el Movimiento de Jesús fue que surgió el controvertido “rock evangélico” a través de las conversiones de grupos y cantantes de rock, que abandonaban las drogas y dedicaban sus talentos –e instrumentos– a Jesús. Sus nuevas músicas tenían como temas la muerte de Cristo, su suficiencia para las necesidades de la vida, su segunda venida y, principalmente, desafiaban a otros a que vinieran a Jesús. Los grupos y cantantes individuales se presentaban en festivales (donde cientos de millares de jóvenes que asistían se entregaban a Cristo), en Cafés Cristianos, en reuniones en la calle, en asambleas escolares, y en algunas iglesias. Entre los principales músicos podemos citar al popular cantante Larry Norman, de la corriente “Gente de Jesús”, que en la época afirmó que “un renacer espiritual está ocurriendo hoy. El Espíritu Santo está en la raíz de esto... y los jóvenes están expresando su profunda alegría a través de la música rock”; y el artista y cantante Pat Boone que, en 1970, bautizó más de 200 convertidos en la piscina de su propia casa.


REACCIÓN DE LAS IGLESIAS


En general la reacción de las iglesias varió entre confusión, espanto, recelosa desaprobación y hasta declarada hostilidad a esta ola de fervor espiritual entre los jóvenes que conmovía el orden establecido de las cosas. Un preocupado ministro escribió a otro ministro diciéndole que apoyaba el movimiento: “Hace un año incluimos a un joven clérigo en nuestro equipo. Él, a su vez, alentó a un grupo de jóvenes a volverse activo en nuestra iglesia. Todos los muchachos tienen cabellos apretados. Muchos frecuentan los cultos vestidos de yines. A veces, si gustan del sermón, gritan ‘Va firme’ o incluso aplauden. Los miembros más antiguos de la congregación están sorprendidos. Algunos se han salido, otros están amenazando con salirse si no despedimos al joven ministro y refrenamos la exuberancia de esos jóvenes. Nuestra iglesia se está irremediablemente dividiendo. ¿Qué debo hacer?”


Una madre escribió a ese mismo ministro suplicando: “Es preciso desesperadamente de su ayuda porque nuestro hijo de 18 años se volvió un fanático. Él carga una Biblia a todas partes y hace citas de ella constantemente. Me deja a mí y a su padre incómodos al saludar a nuestros amigos con slogans y preguntas religiosas. Acostumbramos frecuentar una iglesia, pero no podemos entender la obsesión de nuestro hijo. Por favor, díganos cómo lidiar con esto”.


Estas dos cartas ejemplifican la reacción de muchos pastores y miembros más antiguos de las iglesias que no gustaban del fervor carismático (muchos de los jóvenes hablaban en lenguas) del movimiento, de su interpretación simplista de la Biblia, su música rock, su aparente indiferencia por la iglesia institucional y su falta de rígida disciplina. Pero cientos de otras iglesias –la mayoría en la Costa Oeste– se unieron al movimiento, siendo beneficiadas por su
calor y vitalidad.


Por otro lado, por no ser bienvenidos en las iglesias y por no encajar en sus estructuras establecidas, surgieron muchas iglesias formadas esencialmente de jóvenes. También, como siempre acontece, surgieron algunas sectas heréticas a través del Movimiento de Jesús. Entre ellas están los famosos “Niños de Dios” que apostataron de las enseñanzas de Jesús y entraron en una práctica de falsa autoridad, amor y vida en comunidad.


CARACTERÍSTICAS DEL MOVIMIENTO


Vamos a citar ahora algunos apartes de una conferencia de Billy Graham, quien vio al movimiento como un “genuino mover del Espíritu de Dios”, proferida en agosto de 1971 en el “Congreso Europeo sobre Evangelización”, en Amsterdan. (Christianity Today, noviembre de 1971).


Mientras algunos de esos jóvenes miran a Jesús como “el primer hippie” o “un héroe revolucionario”, o han sustituido un “viaje con drogas” por un “viaje con Jesús”, millares de otros jóvenes han tenido una verdadera experiencia espiritual. Muchos de ellos están devorando las Escrituras –un ex-“Blanck Panther” (Pantera Negra) ya memorizó la mayor parte del Nuevo Testamento. Está surgiendo una gran cantidad de nuevos evangelistas... Hay peligros. Hay trampas. Hay temores. Y hay críticas. Algunos dicen que es muy superficial, y a veces es verdad. Algunos dicen que es muy emocional, y a veces lo es. Algunos dicen que es alienado de la iglesia establecida, y a veces lo es. Pero incluso en la iglesia primitiva se encontraron tales problemas. He intentando estudiar este movimiento y he creído loables las siguientes características que se destacan:


1. El movimiento hasta ahora se centraliza en la persona de Jesucristo. La revista “Look” declaró que “todos los cristianos concuerdan que Cristo es el gran denominador común del movimiento”.



2. El Movimiento de Jesús está basado en la Biblia. La revista “Life” dice: “Esos nuevos cristianos ven la Biblia como la irrefutable y verdadera Palabra de Dios, que resuelve todos sus problemas, de lo cósmico a lo trivial”. Otra revista dice: “Biblias abundan. Desde las versiones de pastas más lujosas hasta las de encuadernación más simples, todas son invariablemente bien manoseadas y frecuentemente memorizadas”.

3. La exigencia de una experiencia con Jesucristo.


4. Los jóvenes de este movimiento están poniendo un énfasis renovado en el Espíritu Santo.


5. Los jóvenes han hallado una cura para el vicio de las drogas, que tiene de manera creciente esclavizados a los jóvenes de América.


6. La contribución que el movimiento está haciendo a las iglesias de América.


7. Un énfasis en el discipulado cristiano.


8. Evidencia de responsabilidad social. El movimiento es enteramente inter-racial. Incluso en nuestras cruzadas estamos viendo más jóvenes negros que hace cinco años atrás. Esos jóvenes están resolviendo el problema del materialismo y deificación de la tecnología a través de su compromiso de unos con los otros. Ha habido también un compromiso para ayudar a resolver algunos de los problemas sociales de hoy. Todo tipo de nuevos proyectos sociales
están siendo iniciados por esos nuevos cristianos...


9. Gran entusiasmo por el evangelismo. Esos jóvenes van a todo lugar predicando el evangelio –antros, casuchas, guetos, teatros, almacenes de discos, incluso en el sub-mundo.


10. Un renovado énfasis en la segunda venida de Jesucristo. Es reanimador ver un artículo de una importante revista americana con el título “El Nuevo Grito Rebelde –Jesús está regresando”, y leer “Existe una firme convicción de que la segunda venida de Jesús está literalmente próxima”.


Aun podríamos agregar otra característica del movimiento: vida en comunidad. Había un entusiasmo en los jóvenes en compartir, adorar y crecer juntos. Un artículo en la revista “Christianity Today” expresó lo siguiente: “Para esos nuevos cristianos no existe en el nivel personal la falsa dicotomía del evangelio social y del evangelio bíblico. Ellos se aman los unos a los otros, y muestran esto con una mano extendida o una comida”.


Cientos de “Casa Cristianas” fueron abiertas en aquella época en la Costa Oeste de los Estados Unidos. El ya mencionado artículo de la revista “Time” hace la siguiente descripción de una de ellas:


Aunque sean diferentes unas de otras, todas ellas insisten en que drogas y sexo pre-marital son prohibidos, y muchas tienen reglas bien rigurosas: levantarse temprano y descansar después de 10 u 11 horas de tareas determinadas, cierta cantidad de lectura bíblica obligatoria, y reuniones de oración. Incluso así son generalmente lugares alegres. Las voces son calmadas, las palabras que acostumbran son “amor”, “bendición”, “el Señor”, “compartir”, “paz” y “hermanos y hermanas”... Los hombres de la comunidad trabajan en la construcción y pintura de casas para pagar las cuentas, pero el principal objetivo de la casa es estructurar las vidas alrededor de Cristo. Una de las mujeres describe el éxito de este esfuerzo de manera sencilla: “Cuando llegué aquí por primera vez, no conocía a Jesús. Pero aconteció que yo crecí. Y ahora descubro que creo”.


CONCLUSIÓN


El Movimiento de Jesús es un buen ejemplo de un avivamiento rápido, fuerte y sobrenatural, pero sin la presencia de ningún elemento de reforma. Surgió en la hora más oscura de la juventud americana, cuya oposición a la guerra en el Vietnam y el “statu quo” produjo dos reacciones –tomar drogas o volverse a Jesús. Más de una vez Dios quebró las reglas y obró de manera soberana y sorprendente en medio de una generación que fuera constantemente acusada de enredarse en el sexo, drogas y violencia. Fue un mover tan imprevisible como lo fuera el derramamiento del Espíritu Santo sobre los católicos. La guerra del Vietnam pasó, como también el propio avivamiento, pero la cosecha no fue perdida. Gran parte de ella está presente en las grandes iglesias carismáticas organizadas durante las décadas de los 70 y 80. Muchos de los líderes del Movimiento de Jesús se engancharon en algún tipo de servicio cristiano y se identificaron con una iglesia organizada. Otros, como Bob Weiner, se unieron al Movimiento de Discipulado del que trataremos en el capítulo 9.



Tomado del La Iglesia del Siglo XX, LA HISTORIA QUE NO FUE CONTADA. John Walker & Otros - 1996.

2 comentarios:

  1. Excelente articulo, pienso que falta que seamos mas osados en cuanto a predicar la palabra. Pero David W. un gran hombre de Dios :D !! Es como un pedro hippie ;) !!

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